El universo creativo de Octimio Landi sobrevive al resguardo de su viuda

A punto de cumplir 102 años el próximo 9 de junio, Kita Landi mantiene viva la llama del prestigioso artista plástico preservando su obra en la que fuera su última casa.

 

 

“Le doy gracias a Dios porque todavía camino, me higienizo sola, me hago la comida, lavo mi ropita chica; algunas cosas me deja hacer Dios todavía”, contó Kita con envidiable entusiasmo al recibir la visita de la unidad móvil de Radio Meridiano.

Su casa, en calle 39 entre 32 y 34, está repleta de trabajos del que fuera su esposo, el destacado escultor, pintor y ceramista Octimio Landi. “Como verá, no hay rincón donde no haya una obra suya. Hasta mi cuarto está cubierto de cuadros”, comentó.

Para poner en contexto ese legado, Marcela Brown agregó que, por su relevancia artística, “toda la obra de Octimio Landi ha sido protegida por la Comisión de Patrimonio Municipal”, de manera que pueda ser preservada cuando su viuda ya no esté a cargo. Es así que la casa, que hoy se encuentra identificada con una placa, se convertirá a futuro en un museo, tal como era el deseo del artista.

“Nunca colaboré con él en una obra pero siempre lo acompañé sin molestar. Cuando hacía obras grandes, primero fabricaba una maqueta. Después medía, sacaba cuentas y lo trasladaba para hacer algo mayor. Cuando trabajaba con yeso siempre dejaba una alfombrita blanca en el piso”, recordó Tita entre risas.

Para Brown, más allá de lo abultado del patrimonio, “la casa en sí misma es una obra porque hasta los marcos han sido intervenidos por él. Landi trabajaba con desechos de fábricas también, y hay muchas de esas obras en el patio”.

Brown agregó que “como artista y como mercedina” tiene el interés de que “todo lo que hay aquí adentro en algún momento pueda ser mostrado a la sociedad”.

En la actualidad no se reciben visitas en la casa del matrimonio Landi, aunque “un grupo de adultos mayores tuvo la oportunidad de venir un ratito porque estaban haciendo un trabajo y conseguimos que pudieran apreciar todos este legado y charlar un ratito con Kita”, contó Marcela Brown, quien se mostró abierta a gestionar otras visitas puntuales siempre que la dueña de casa se encuentre dispuesta.