Hoy se festeja el Día de San Patricio , la festividad de origen cristiano que se celebra anualmente el 17 de marzo para conmemorar la muerte de san Patricio de Irlanda, patrón de toda la isla de Irlanda ubicada al noroeste de la Europa continental.
En Mercedes, los irlandeses que llegaron en plena ola migratoria allá por el siglo xix, siguen siendo una de las comunidades más nombradas y activas. Los Padres Palotinos, hicieron su parte luego de que fundaran el colegio San Patricio e inauguraran la capilla un 17 de marzo de 1887.
Según reza la propia historia del colegio, el párroco Luis Copello ya en 1864 escribía a su obispo Escalada: “Son contados los hijos del país que pueblan hoy los campos de este Partido… Hoy la población irlandesa ha crecido tanto que constituye las dos terceras partes de la población de la campaña, y llegará el tiempo que esta campaña no será más que una colonia irlandesa”.
Aquella primera capilla pronto resultaría chica para atender la doble tarea de servir a los alumnos del colegio y a los numerosos feligreses. Así fue que el rector Patricio O’Grady hace levantar otra, la que llega hasta hoy. Así el 19 de octubre de 1930 era colocada la piedra fundamental de la nueva iglesia de estilo gótico. Un edificio que cuenta con algunos detalles que la hacen única e imposible de olvidar: el cielo raso de madera modelada, un cuadro pintado al óleo con la figura de San Patricio, una verja del año 1901, 450 metros cuadrados de vitraux: los primeros de la ciudad y segundos en metraje en América del Sur. Pero como si esto fuera poco, el órgano: una joya instrumental construida en Baviera, al que el organista Julio Perceval determinó años atrás como “el más grande y más perfecto de los órganos de que tengo conocimiento en América del Sur. La calidad de sus materiales salta a la vista; su entonación será difícilmente superada por otros órgano.”
La herencia irlandesa y la obra de los palotinos sufrió la persecución ideológica durante la última dictadura cívico militar. En El 4 de julio de 1976, tres sacerdotes y dos seminaristas fueron asesinados: Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Dufau y los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, dejando una huella imborrable en el pueblo.
Hoy, las costumbres irlandesas, sus creencias y su herencia siguen presentes en la ciudad, representadas en forma de una iglesia memorable, música interpretada por jóvenes mercedinos así como por las familias que aún continúan con su legado.
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