La falta de enfermeros complica el funcionamiento del Hospital Dubarry

Si bien los becarios pasarían a planta permanente en el mes de noviembre, no hay miras de incorporar más personal.

 

 

El dato surgió de una comunicación que Radio Meridiano mantuvo, por otro tema, con Carlos Miralles, trabajador del área de Salud Mental del Dubarry, quien contó que se encuentra desempeñándose “a demanda porque no hay enfermeros, entonces me cambian los horarios continuamente. Trabajo de mañana, de tarde, quizás dos turnos seguidos”, relató.

El problema no es privativo de Salud Mental, precisó, sino que “no hay enfermeros en todo el Hospital, y no están tomando”. Miralles viene de desempeñarse en el vacunatorio. Actualmente cursa una Diplomatura en Salud Mental con la expectativa de poder quedarse en esa área.

“Lamentablemente, el sistema está así y hay que hacer lo que uno puede”, dijo. En Salud Mental trabajan once enfermeros en turnos rotativos de seis horas. “Más tiempo no se puede por la propia psiquis de uno”, aclaró. No obstante, acostumbran realizar dos turnos seguidos ante la alta demanda de atención que existe.

La falta de personal capacitado y el rechazo o temor de algunos enfermeros a desempeñarse en esa área complican especialmente al sector de Salud Mental. Como contrapartida, la demanda creció “muchísimo, sobre todo de chicos jóvenes con adicciones y con esquizofrenia por causa de la adicción”.

“Más que enfermedades mentales como depresión u otras, hay mucha adicción, sobre todo a la marihuana, que es la que produce la esquizofrenia”, amplió el enfermero. Hoy hay ocho personas internadas en Salud Mental, “aunque han llegado a ser catorce”. La función de los enfermeros allí es administrar la medicación que indican los profesionales, además de contener al paciente (aun ser psicólogos), “a veces hasta con una charla”.

Miralles reconoció incluso que en el Dubarry atienden a menores de edad con problemas de salud mental, “aunque no está permitido y deben asistir con cuidadores, pero son atendidos acá porque no hay otro sector donde ponerlos”. El enfermero, junto a su nueva pareja, se hizo cargo de un menor de quince años con esquizofrenia (“no por drogas”) que era atendido en el Dubarry. Lo hizo “antes de que lo llevarán a algún centro para tenerlo encerrado y dopado”. Está a punto de obtener la adopción, comentó. “Creo que le salvé la vida”.

 

PEDIDO SOLIDARIO 

La comunicación de Meridiano con Miralles se inició por un pedido público de ayuda para su expareja, de nombre Olga, quien debe ser operada de la vista. La mujer es ciega de un ojo y en la actualidad está atravesando problemas en el otro, con el que únicamente ve sombras. Olga y Carlos son padres de Delfina, una niña con autismo y retraso mental severo, por lo que Olga necesita ocuparse de su hija pero la patología visual se lo impide. “En su casa conoce todo y sabe todos los movimientos que debe hacer, pero cada vez necesita más ayuda. Le pagamos a una persona que asista a Delfina porque la obra social no se hace cargo del servicio”, contó el hombre.

El oftalmólogo Pablo Bermúdez, del Hospital Dubarry, le indicó a Olga una intervención quirúrgica para recuperar parte de la visión, dado que por su edad (59 años) considera que todavía está a tiempo de salvarla. La operación cuesta un millón de pesos, con la posibilidad de necesitar luego una segunda práctica quirúrgica, pero la familia no dispone de ese dinero.

“Supera mis posibilidades el hecho de que Olga no tiene obra social, si bien cuenta con una pensión. La única forma de poder operarla es consiguiendo el dinero”, contó Miralles. La intervención debe hacerse lo antes posible. Llevan reunidos 350.000 pesos.

Cualquiera colaboración se puede cursar a través del alias Olgaelena.op, cuenta a nombre de Miralles Carlos Alberto.