Otra mercedina en la final de ‘Los 8 escalones’

Guadalupe Colombo, de profesión enfermera y actualmente desempleada, llegó hasta la última instancia en el ciclo de preguntas de Guido Kaczka.

 

La participante se encontraba de vacaciones en Villa de Merlo, San Luis, cuando recibió el llamado de la producción, el miércoles de la semana pasada. Llegó a nuestra ciudad el domingo y el lunes a las 10 de la mañana se presentó a grabar el programa.

Se había anotado sin grandes expectativas. “Creía que había acomodados y que estaba todo armado, que nunca me llamarían; pero no”, reconoció en diálogo con Mario Oscar Mango por Radio Meridiano. Con todos los nervios del caso llegó el lunes hasta el estudio donde se graban dos programas por jornada, pero ese día no le tocó participar. Volvió entonces el martes y ese día sí grabó.

Ya el domingo le habían anticipado por teléfono los temas sobre los que debería responder y quién sería el jurado invitado: el DT de hockey Sergio ‘Cachito’ Vigil. “No podía creer estar ahí; yo me había anotado desde el sillón de mi casa, con sólo cargar mis datos personales y dos fotos, y ya estaba concursando”, dijo Guadalupe.

Después del primer llamado, en una segunda comunicación fue puesto a prueba su conocimiento: “Me hicieron diez preguntas, cinco con opciones y las otras sin opciones”. Respondió bien más del 70 por ciento y quedó entre los nueve participantes que compitieron por los dos millones de pesos. Los nervios le jugaron una mala pasada en la final.

Al estar volviendo de vacaciones, en el momento no supo que otro mercedino, el exsacerdote Ignacio Cherino, acababa de competir y se había llevado $ 8 millones. “El grabó el lunes y perdió; yo estaba ahí pero no sabía que era de Mercedes, no hablé con él”, confió Guadalupe, quien asistió a la grabación acompañada por su novia.

A “los famosos”, como llamó a los jurados, sólo los vio en el momento de responder las preguntas, aunque tuvo especiales palabras para el conductor (“es muy atento Guido”) y para Vigil, el jurado invitado (“todo el tiempo nos alentaba y celebraba con los ojos cuando respondíamos bien”).

Vecina de la calle 30 entre 107 y 109, Guadalupe sueña ahora con que esta “fama momentánea” la ayude a conseguir empleo.