El crédito mercedino de 17 años, que jugó en Flandria, donde lo descubrió Boca Juniors y lo incorporó a sus inferiores, se luce ahora en la sexta división del Calamar.
Sebastián San Pedro, padre del jugador, contó que la decisión de pasar a Platense la tomó Fausto “por una cuestión de minutos (de juego), porque (en Boca) es muy competitivo todo. Por eso se vino y está muy contento. Juga y le está yendo bien, aunque adaptándose a los cambios, claro, porque para los chicos esto es como el colegio”.
San Pedro entrena ahora en un predio ubicado en la zona de Villa Urquiza, en cercanías del Parque Sarmiento. Allí debe presentarse diariamente a las 7.30 hs.
Histórico club de Primera División, una mala pasada hizo descender a Platense por última vez en 2018, pero volvió a ascender en 2021. Actualmente marcha sexto en la tabla de posiciones. “Es un club que tiene muy buenos profesores, la gente es muy amable. Es muy familiar, como un club chico de pueblo pero en Capital”.
La exigencia es alta en la sexta división, eso sí: entrenan de lunes a viernes y juegan los sábados, con un único día de descanso. A pesar de tener sólo 17 años, Fausto está a punto de mudarse a Capital Federal, a diez cuadras del predio donde entrena, dado que se le complica llegar a las prácticas a primera hora del día viajando desde Mercedes.

SECUNDARIO
Fausto cursó hasta cuarto año en el Colegio Santa María. Luego continuó un año más en el Camila Rolón y desde que ingresó a Boca siguió sus estudios en una escuela virtual del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para deportistas de alto rendimiento. Le faltan tres materia para terminar la secundaria.
Antes de jugar en Flandria, el joven había estado un año en las inferiores de Vélez Sarsfield “pero no se sintió cómodo” y regresó a nuestra ciudad. Se había iniciado en Ateneo, donde hizo las infantiles desde los cinco hasta los doce años. Estuvo a punto de jugar en Club Mercedes pero no lo hizo, aunque sí jugó un año en Estudiantes. Después vendrían Flandria, Vélez, Flandria de nuevo y después Boca, donde permaneció un año y medio.
Según su padre, Fausto está muy bien cuidado ahora en su nuevo club, por un equipo interdisciplinario. “Le miden la masa corporal cada quince días; tiene psicólogo, nutricionista. Es muy completo el seguimiento”. Ya disputó tres partidos en los que el equipo ganó dos y empató uno (contra Estudiantes en La Plata).
¿Por qué se fue de Boca?, le preguntó Lucía Florella a San Pedro padre en Radio Meridiano. “Por una cuestión netamente deportiva: había muchos 9 en la categoría y le recomendaron que busque otro lugar”. El jugador mide 1,93 mts. y pesa 85 kilos. En Boca jugó trece partidos en la Liga e hizo diez goles. “Le fue muy bien. Fue una decisión complicada irse, pero la tomamos entre él, nosotros (los padres), su representante (Maximiliano Inzúa) y los coordinadores de Boca”, contó su papá.
A la hora de describirlo lo destaca como “un 9 con mucho fuerza, con potencia, muy metedor. Habilidoso a pesar del tamaño que tiene. Le gusta hacer cambios de frente, jugar con los compañeros. No es mezquino como suele ser el 9”. Su gran sueño, dice Sebastián, es jugar en Primera.