Por el recorte de fondos, no ampliarán el número de escuelas de jornada completa
El secretario de Educación mercedino, José Luis Pisano, atribuyó la novedad a “la obsesión del Estado nacional por alcanzar el déficit cero, algo que no hace más que ajustarles el cinturón a las familias”.
Con todo, Pisano aclaró que, “gracias al esfuerzo de la Provincia”, van a continuar funcionando en Mercedes las escuelas de doble jornada que ya lo vienen haciendo, cuyo número creció en 11 a lo largo de 2023. “También está garantizada la quinta hora de clase”, remarcó.
Para el mes de marzo estaba prevista la apertura de otras treinta escuelas de doble jornada en territorio bonaerense, algo que finalmente no se va a producir.
Pisano contó que casi todas las escuelas rurales del distrito mantienen el régimen de doble jornada, lo que permite brindarles actividades “a los alumnos que no pueden acceder a talleres culturales o clubes deportivos, como sí lo hacen los chicos de la zona urbana”.
“Pero ahora, cada día nos encontramos con dificultades nuevas. Teníamos firmado con el Estado nacional un convenio para la realización de dos obras: la nueva Secundaria N° 13, cuya obra se comenzó pero la empresa está dudando en continuar ante la falta de respuesta del Estado, y la ampliación de la Escuela 26. Al día de hoy nadie nos responde absolutamente nada”, denunció. “Tampoco obtuvimos respuesta sobre la entrega de kits escolares, ni del Programa Progresar, por el cual más de 2.000 estudiantes recibían su beca, tanto del nivel secundario como superior. Todo esto nos dificulta muchísimo la planificación”.
Sobre la denuncia y posterior desmentida de dificultades en la provisión de alimentos en la Escuela Primaria N° 35, Pisano apuntó que “es parte de un trabajo que se viene haciendo hace varios años para que las cosas lleguen a las escuelas como corresponde. Con mayor o mejor rapidez los alimentos están llegando, y de este modo se garantiza la alimentación de nuestros pibes”.
En este sentido amplió que “el mayor problema se está viviendo hoy en los comedores comunitarios porque ahí el Estado hacía las compras y las distribuía. Pero, por otro lado, una parte del servicio alimentario escolar de las provincias se financiaba con recursos nacionales que hoy no están llegando. De ahí que el gobierno provincial haya tenido que redoblar el esfuerzo”.
El gran orgullo de Pisano a nivel local, y desde su gestión al frente del Consejo Escolar, es “haber garantizado un cupo por cada alumno que se sienta a comer. Cuando arrancamos la gestión había 3.000 chicos con necesidad de alimentarse en los comedores escolares y sólo 1.800 cupos. Hoy, donde un pibe se sienta hay un cupo para poder alimentarlo”.
Del mismo modo, se añadieron el desayuno y la merienda allí donde no los había. “La Media 1 no lo tenía, tampoco la Secundaria 14. Incorporamos también a la Escuela Técnica, que volvió a tener comedor después de sesenta años”, enumeró.
Sobre un comentario respecto de “cuándo será el día que los chicos puedan volver a comer en su casa”, Pisano mencionó que los comedores escolares tienen un fin pedagógico, “no es sólo una cuestión alimenticia. Surgieron en los años ’90, después de la crisis planteada por el liberalismo del menemismo, se mantuvieron y se transformaron en parte de los proyectos pedagógicos de las escuelas. Acompañar a un chico en el almuerzo es también una herramienta para enseñar valores, modales, solidaridad. No es sólo llenar la panza”.
