LO QUE DEJÓ EL 9M*

COLUMNA DE OPINIÓN ||

 

Histórico. Tal vez nuestra marcada latinidad nos haga caer repetidamente en exageraciones y tildar de histórico a cualquier acontecimiento que nos moviliza. Sin embargo lo ocurrido en la sesión del Concejo Deliberante del 9 de marzo pasado lo ha sido verdaderamente, en el sentido más puro de la palabra.

 

Por primera vez nuestra sociedad le dijo “te creo” a 5 vecinas abusadas y consternadas por el homenaje que se le rendía a su abusador dándole el nombre de una calle y se lo quitó, para siempre. Aunque esa mínima reparación no quite de sus cuerpos y sus cabezas el daño sufrido le hemos dado como mínimo pero simbólico alivio el abrazo de toda una comunidad.

 

Histórico también porque el abusador no había sido cualquiera, sino que era parte del poder impar de la iglesia católica, que en nuestra ciudad cobra una dimensión omnipresente y que ha sido sin dudas parte fundacional del carácter patriarcal, homofóbico, machista y xenófobo de nuestra sociedad mercedina como así también de que permanezca inalterable hasta ahora. Una iglesia que cobijado genocidas sin jamás dar cuentas, que tiene la potestad de apadrinar funcionarios públicos, de impedir o cuestionar actividades, de censurar expresiones artísticas. A ese poder nuestra sociedad guiada por 5 mujeres le torció el brazo.

 

A ese poder que le vamos a seguir reclamando que inculque a sus fieles y los evangelice en la pluralidad, en la inclusión, en la diversidad, en la igualdad, en el respeto, le han venido a decir que ya nada será igual.

 

Histórico también porque la juventud radical, quizá movilizada por el discurso decimonónico de algunos de sus dirigentes ha mostrado su coraje cívico y también le han dicho a las víctimas “yo te creo”.

 

Porque poner en duda a las víctimas nos ha costado muchas vidas y 50 femicidios solo en los últimos dos meses. Todas víctimas del sistema patriarcal y machista que se limpia la conciencia imponiéndole al denunciado, en el mejor de los casos, una orden de restricción como si ello fuera una coraza que protegiera a las mujeres de todos los males. Un simple papel que nadie jamás verificará su eficacia. Hasta que el cuerpo de la denunciante muerta les diga una vez más que eso no sirve, que sin perspectiva de género no hay justicia ni va a ser ese el último femicidio.

 

Histórico en fin porque no nos callamos más, ni los varones ni las mujeres. Y porque también en Mercedes algo cambió para siempre y no vamos a volver atrás.

 

*Fabián Alberto Florella