Más plazas hoteleras y accesos alternativos a la ciudad, en el debe de la Fiesta

Desde la Dirección de Turismo reconocen que la afluencia de gente superó todas las previsiones, pero creen hacer respondido bien a la demanda. No obstante, plantean cuestiones a atender a futuro.

 

 

“Mercedes sigue posicionándose en el mapa, en el turismo no tiene techo”, opinó el responsable del área, Francisco Dinova, que por primera vez estuvo al frente de la organización de la Fiesta Nacional del Salame Quintero.

Satisfecho con el trabajo realizado y agradecido a todo el personal municipal para el esfuerzo y la dedicación de los últimos días, Dinova admitió la necesidad de diseñar un “plan de contingencia” para recibir a grandes masas de gente, como ocurrió este fin de semana. “Necesitamos más plazas, tal vez un camping, y refuncionalizar construcciones céntricas que han quedado disponibles con el traslado de sus habitantes hacía las afueras de la ciudad”, planteó.

Tanto la ciudad de Mercedes (que cuenta con una oferta de 300 camas) como Tomas Jofré estuvieron al máximo de su capacidad a raíz de la Fiesta. “Es algo que ya habíamos visto también este año con el recital de La Renga”, dijo Dinova. Para saldar esta cuestión confió el funcionario que trabajan en un Registro Único de Hospedajes que les permita a las familias mercedinas poner a disposición para alquiler eventual sus propiedades o habitaciones disponibles.

En cuanto a la mejora o apertura de accesos alternativos a la ciudad, Dinova no lo consideró descabellado, pero reconoció que no es algo en lo que pueda intervenir de manera directa sino que depende de otras áreas de la esfera municipal.

En 2021 se habían registrado 40.000 asistentes a la Fiesta Nacional del Salame Quintero, y si bien no existen datos certeros de 2022, lo que sí es seguro que en esta 48° edición el número de visitantes superó los 50.000. “Vino mucha, mucha gente, y se llevaron todo”, confirmó al aire de Meridiano don Julio Villaverde, uno de los productores participantes.

El kilo de salame quintero se comercializó este año ntre 8.500 y 9.000 pesos (salía $ 3.500 en 2022) y las picadas se vendieron entre 4.000 y 6.000 pesos (contra los 2.500 a 3.500 pesos de un año atrás).