Abrirán la casona de Garcerón para un ciclo de charlas
Será los primeros sábados de cada mes, a partir de agosto. Además, se podrá recorrer la histórica propiedad que perteneciera a la poetisa Ana Sampol de Herrero y a la familia del pediatra Garcerón, y que fuera recuperada recientemente por Mercedes Oyanguren.
La actual propietaria de la vivienda ubicada en la intersección de calles 26 y 21 prepara una serie de encuentros a los que denominó ‘Entreabriendo’, que “servirán para alimentar consciencias y darnos algo de luz”, anticipó en exclusiva a Radio Meridiano durante una recorrida que la unidad móvil de exteriores de la emisora realizó esta mañana por el lugar. La primera fecha será el 6 de agosto, y Oyanguren prometió que se podrán visitar los distintos ambientes del inmueble construido en los años ’20 del siglo pasado, “preguntar todo lo que quieran y escuchar la charla, antes de cerrar el encuentro con algo rico para comer y beber, como nos gusta hacer a los argentinos”.

¿Cómo nace el interés de esta abogada especializada en mediaciones y radicada en la zona de San Jacinto por esta construcción histórica? “Yo llegué a Mercedes en 1987 -explicó- y esta casa siempre me atrajo por su belleza y por todo lo que representa. Desde un primer momento supe que algún día nos íbamos a encontrar, y sucedió. Necesité también rendirle un homenaje a Ana (Sampol), a su esposo (Teófilo Herrero), y al doctor Garcerón y su familia por esta propiedad que es realmente un lujo para Mercedes. Tiene detalles muy vanguardistas para la época en que se construyó. Las tejas le dan un toque francés, pero por dentro posee una impronta inglesa o incluso más moderna”, describió.
“Lo estético para mí ha sido siempre una motivación en la vida, por eso me entusiasma tanto ver esta joya y poder compartirla. Además, lo que más me impacta y me emociona es la devoción que le profesan a esta casa todos los mercedinos”, dijo Oyanguren.

Según la descripción que de la casa ha hecho la Comisión Municipal del Patrimonio Cultural y Natural (CUNA), se trata de “un chalet de dos plantas, con toques renacentistas y licencias estilísticas de diverso origen, difícil de tipificar. En el exterior, los volúmenes de dos plantas sobre ambas calles, asimétricos, se articulan a través de un cuerpo que a modo de pivot de forma hexagonal cobija en planta baja el acceso principal de un porche semicubierto, y en el piso alto un pequeño lugar para estar y contemplar, dentro del dormitorio principal, limitado por tres ventanas con arcos de medio punto. Uno de los detalles exteriores de más interés son las guardas y motivos decorativos polícromos que, a modo de friso, recorren los parámetros bajo los aleros volados”, señaló un informe.

