
¿Por qué cuesta tanto que los mozos y mozas se capaciten?
A pesar de que existen cursos gratuitos, los trabajadores no los aprovechan porque los empresarios del sector no valoran la preparación a la hora de reclutar nuevo personal. El riesgo de matar ‘la gallina de los huevos de oro’.
Diez mil personas disfrutaron el último fin de semana del bucólico entorno de Tomás Jofré y de los servicios de sus restaurantes y lugares de alojamiento. Sólo el local Fronteras sirvió 700 platos el día domingo, lo que habla de un verdadero boom del turismo en el partido, que el secretario del área, Martín Boragno, consideró “un coletazo de la Fiesta Provincial de la Galleta de Campo”, que se desarrolló allí mismo el fin de semana anterior.
“Pero ya no alcanza con la comida, la gente no viene sólo a comer sino a pasar el día; por eso, más que servir un plato hay que prestar un servicio”, dijo. Sin embargo, el Centro de Formación Profesional que funciona en calles 24 y 37 debió cerrar hace un tiempo su capacitación gratuita para mozos y camareras por falta de alumnos. “La demanda en el área de Gastronomía creció mucho, cursos como los de panadero, cocinero, etc., pero no así los de mozos”, reconoció el titular de esa institución, Sebastián Minervino, al aire de Radio Meridiano.
“Es cierto que los cursos de mozo son largos, quizás de medio año -sopesó-. El de camarero duraba un año, y los gastronómicos no quiere mandar a capacitarse a su personal durante tanto tiempo; por eso ahora estamos viendo de abrir un curso de tres meses de duración el año próximo”, adelantó.
Ante la afirmación de Alberto Florella de que “en Tomás Jofré hay gente con muy buena voluntad pero escaso conocimiento”, Minervino agregó que “es cierto; la demanda de trabajadores es alta pero toman gente sin ninguna preparación”.
Si bien el rubro gastronómico creció mucho en el último lustro en el partido, los trabajadores sostienen que no se capacitan porque al momento de postularse a un puesto laboral los empleadores no les reconocen -ni económicamente ni con algún otro beneficio- su formación. Boragno lamentó esta situación por considerar que “los mozos, al igual que los taxistas, son el primer contacto del turista con la ciudad”, por lo que se requiere que al menos posean conocimientos claros de la zona y de los servicios que ofrece el lugar.
“Nunca se atendieron tantos cubiertos en Tomás Jofré como el último fin de semana”, confirmó Boragno. “Pero un colapso de la capacidad o un mal servicio pueden provocar que matemos ‘la gallina de los huevos de oro’”, advirtió.