La rampa de acceso al Palacio Municipal ya es una realidad

La licenciada Leonor Ocampo, exdirectora de Escuela Especial N° 503, se refirió a este hecho y a su impotencia ante las trabas arquitectónicas que todavía existen en la ciudad.

 

 

 

“El lunes a las ocho de la mañana me llamó una empleada del Municipio, muy emocionada, para decirme que debería archivar una nota que yo había elevado el 7 de diciembre haciendo uso de los artículos 11 y 12 inciso 4 de la Constitución de la provincia de Buenos Aires. En esa nota yo me presentaba como ciudadana de Mercedes y le pedía al Sr. Intendente (y en otra nota, al Concejo Deliberante) si dentro de sus posibilidades estaba hacer una rampa (de acceso al Palacio Municipal), porque estábamos hasta ese momento dentro de las ciudades no inclusoras”, relató. “Debían archivar la nota, me explicó la empleada, porque la rampa estaba terminada”.

“Esto no es mérito de Leonor, eh”, aclaró. “Quizás la Intendencia ya lo tenía previsto, pero igualmente me avisaron cuando la rampa ya estuvo hecha”.

Ocampo recordó, junto a Mario Oscar Mango, por Radio Meridiano, el momento “tumultuoso” en que, siendo ella directora de la Escuela 503 cerró la Escuela 501 y debió hacerse cargo de resolver la situación. “La inspectora jefa viene a nuestra escuela en aquel momento a inspeccionarla y nos señala las falencias. Entonces otra inspectora le destaca todo lo que habíamos crecido. Y la inspectora jefa le responde: ‘mi función no es felicitarlas por las cosas que hacen bien, porque es su obligación; mi función es marcar las cosas que no están hechas, brindar sugerencia y constatar después si se cumplen los cambios’. Creo que con los funcionarios públicos pasa lo mismo: el funcionario está en la Municipalidad porque el pueblo le está pagando para que cumpla su función. Entonces no deberíamos estar permanentemente detrás diciéndoles que hagan las cosas”.

La vecina comentó que en la actualidad se moviliza con bastón por el centro de la ciudad, y recordó que en la nota elevada al Ejecutivo mencionó su carácter de cofundadora de Caidim y docente de la Escuela N° 503 durante más de un cuarto de siglo. “Con casi 85 años, pararme en la puerta de la Municipalidad apoyada en mi bastón me provocaba la impotencia de no poder seguir ejerciendo mi ciudadanía plena”, escribió en la nota dirigida a Juan. Ignacio Ustarroz. Hoy, la rampa ofrece nuevas facilidades de movilidad a adultos mayores, mamás con cochecitos y personas con discapacidad.