Emotiva despedida a un integrante histórico del Instituto Unzué
Juan Schiavoni, quien llegó a la institución con ocho años, acaba de jubilarse a los 68 y fue homenajeado por sus compañeros.
El 2 de julio de 1962, desde La Plata, llegaron al Instituto Saturnino Unzué los hermanos Shiavoni, Juan y Miguel. “De entrada nomás nos llevaron a la enfermería para ver en qué estado nos encontrábamos. La verdad es que estábamos muy asustados porque en esa época había como 400 chicos acá. Entonces, mientras esperábamos que nos atiendan le dije a mi hermano ‘¿y si nos vamos?’ Vimos la puerta de la enfermería abierta y salimos caminando tranquilos. Caminamos por la 26 y entre la 39 y la 41 una señora nos habló y nos hizo pasar a la casa. Nos dio la merienda, nos dejó mirar la tele, después nos dio la cena. Al rato habló por teléfono, se puso un delantal y como a las diez menos veinte de la noche nos invitó a caminar ‘para bajar la comida’, dijo. A lo lejos veíamos el Instituto, y cada vez lo veíamos más grande. Resultó ser que la señora era Amalia Vargas, la bedela del Unzué, que nos llevó de regreso. Nosotros no le habíamos dicho nada de que nos escapamos pero ella averiguó y nos trajo de vuelta”, recordó Schiavoni muy emocionado por revivir aquella llegada al lugar.

“En el Unzué me han cuidado mucho, me trataron siempre muy bien, todos ahí fueron mis madres y mis padres”, reconoció, al tiempo que recordó los nombres de muchas de las directoras del Instituto, y de compañeros ilustres como el actual intendente de José C. Paz, Mario Ishii, que también fue uno de los internos.
A sus 68 años y después de toda una vida vinculado al Unzué, donde siguió trabajando tras alcanzar la mayoría de edad, Schiavone, fanático hincha de Racing, logró su jubilación y fue despedido en una muy animada reunión por todos sus compañeros. Deja allí parte de su corazón.

