
Una cooperativa textil intenta sobrevivir a la oleada de aumentos
A la firma Lejano Oeste le triplicaron el costo del alquiler y su factura de la luz se disparó de 15.000 a 150.000 pesos. Lanzaron la venta al público en un intento por no cerrar.
La cooperativa está conformada por trabajadores de la economía popular. En esta etapa, y para sortear los apremios económicos, confeccionan remeras con diseños de serigrafía propios, delantales de cocina, buzos, shorts, ropa de trabajo y yerberas, entre otros productos. Los comercializan tanto por mayor como por menor.
Melisa Melgar, responsable del emprendimiento, contó que Lejano Oeste se conformó cuatro años atrás, durante la pandemia, para la producción de kits sanitarios. Entonces tenían un convenio con la Provincia. También gracias a un convenio se abocaron después a la fabricación de guardapolvos escolares. Ahora, finalmente, comenzaron a producir una amplia gama de productos textiles para la venta mayorista y al público.
“No es fácil, hoy la situación es muy complicada, nos superan los precios de las telas. Además, esto no es algo básico como la comida, y la gente anda con la plata justa. Pero estamos tratando de encontrarle una salida”, comentó.
Quince personas trabajan actualmente en esta iniciativa, ya sin el apoyo del Estado. La cooperativa integra la Federación de Costureros, que nuclea a casi ochenta polos textiles. Desde la Federación impulsan además otra marca propia llamada Carpincho.
Las prendas en stock de Lejano Oeste se pueden conocer a través de Instagram (@lejanooestecoope) y la reserva se realiza por teléfono. El taller está ubicado en 26 entre 3 y 5, donde también atienden al público. La cooperativa trabaja asimismo por encargue, fabricando prendas a pedido del interesado. “La calidad es muy buena y los precios son muy competitivo”, garantizó Melgar.
Por una remera estampada cobran 11.000 pesos. Admiten tarjetas de débito, transferencias y billeteras virtuales. Si es por mayor, también se puede abonar con tarjeta de crédito.