Una protesta alteró la mañana en el parque industrial
El despido de un chofer de la compañía Química JP derivó en una huelga de los trabajadores de la firma.
Sixto de Santo, secretario adjunto del Sindicato Químico de Pilar, contó que “se trató de un despido arbitrario por el simple hecho de pedir que le paguen las horas extra y que le den las condiciones mínimas de trabajo, porque la flota de camiones no está en condiciones de circular. Como respuesta, el trabajador tuvo el despido. Estamos pidiendo la reincorporación del compañero, y ya nos han llamado del Ministerio (de Trabajo) para una audiencia de conciliación”, explicó.
El despido se produjo el jueves pasado y ya el viernes el Sindicato mantuvo una reunión con el empleador en la cartera laboral. Pero ante la negativa de reincorporarlo se adoptó una medida de acción directa. “Lejos de conciliar nos insultan, nos provocan, nos dicen negros de m…”, contó el dirigente gremial.
Química JP emplea a doce personas; ocho de ellas están afiliadas al gremio. El despedido es “un camionero que no tenía las horas de descanso necesarias y al que no le pagaban horas extra”. Hace dos años que el hombre trabaja en la compañía. Sin ser delegado, era el nexo entre los empleados de la firma y el sindicato.
De Santo denunció a la vez que “la mitad de lo que la empresa produce lo vende en negro, ya lo hemos hecho constar en las actas de Ministerio”. Los empleados, dijo, están amenazados: “Si no se presentan a trabajar, los echan”.
La planta afectada por la medida de fuerza, radicada en el Sector Industrial Planificado de Mercedes, produce cloro, detergentes, suavizantes y algunos tipos de ácidos. Según la página web de la firma, fue fundada en 1999 como un proyecto unipersonal, que con el paso de los años derivó en una empresa de mayor envergadura.
