En representación de los conductores adheridos a aplicaciones, Marcelo Bianchi y Axel Sierra se declararon “unidos ante tanto odio que nos tienen los taxistas”. Denunciaron incluso que algunos de los choferes que los combaten trabajan también para Uber o Cabify de manera encubierta.
“Nosotros no tenemos ningún problema con Uber, nos manejamos bastante bien. El hecho es que los taxistas están en contra nuestro. Deberían dejar que la ciudadanía elija cómo quiere viajar. Ellos nos están mandando a secuestrar (los vehículos), a que nos siga el Municipio y nos haga una multa”, contó Sierra en comunicación telefónica con Radio Meridiano. El hombre estaba desempleado y disponía de movilidad propia. Fue por eso que optó por hacerse “socio de la app” y empezar a prestar el servicio de traslado de pasajeros.
Sierra realiza entre diez y quince viajes diarios en una franja horaria bastante amplia, según dijo. La aplicación -aclaró- le exige contar con licencia de conducir profesional, seguro al día, certificado de antecedentes penales, etc. “No es como dicen ellos que la app no te pide nada. La gente con nosotros va segura. Es más: si chocamos, Uber mismo se hace cargo del siniestro a través del seguro de pasajero”, remarcó.
Tan cómodo se siente con el trabajo a través de la plataforma que Sierra no estaría dispuesto a inscribirse como taxista si desde el Municipio se ampliara la cantidad de licencias habilitadas. Sospecha que perdería muchos viajes por como se encarecería el costo.del servicio que presta. Hoy, por un traslado de unas quince cuadras cobra unos 2.800 a 3.000 pesos dependiendo del horario.
“Lo único que la aplicación no nos pide es un examen psicofísico, pero si la Municipalidad lo exigiera no tendría drama en hacérmelo”, planteó. Los choferes de aplicación de Mercedes ya hicieron una presentación ante las autoridades locales para ser citados y poder conversar sobre el asunto, pero según sus voceros todavía no han sido convocados. Sí fueron escuchados los taxistas, que el lunes realizaron una manifestación frente al Palacio Municipal (foto) y fueron recibidos por el secretario de Seguridad, Matías Maresca.
“Lo que pienso es que hoy en día no se puede pelear contra una aplicación que es multinacional. La gente elige con el bolsillo. Un viaje de Mercedes a Gowland que en taxi cuesta entre 15.000 y 18.000 pesos, Uber lo cobra entre $ 6.000 y $ 7.000. ¿Qué creen que va a preferir el pasajero?”, insistió Sierra. Consultado si con ese ingreso logra mantener el vehículo en condiciones además de ganar un salario, el chofer explicó que “en esto ganás con la cantidad. Si vos te sentás doce horas en el vehículo sacás para el auto, para el combustible, para comer, para todo”.
Bianchi y Sierra calcularon que actualmente hay unos diez vehículos adheridos a Uber trabajando en Mercedes. “Si nos enganchan, nos secuestran el auto. Pero eso está mal. Pasa que la misma ordenanza que firmó Juani (el intendente Ustarroz) en 2021 ahora la debería modificar. Si te llevan el auto, el Municipio te cobra 1,3 millón de pesos para devolvértelo. ¿Por qué? ¿Por estar trabajando? Yo no estoy dispuesto a pagar”, afirmó Sierra. Se da el caso, dijo, de que quienes sufrieron el secuestro de su vehículo han vuelto a trabajar con la aplicación para poder reponerse de ese gasto.
EL CASO SILVA
José Silva es otro de los choferes de Uber en Mercedes. Vecino reciente de nuestra ciudad, llegó desde Buenos Aires y encontró “en Uber la salida laboral que necesitaba”. Arrancó a comienzos de este año con su vehículo Citröen modelo 2016 y dice: “La gente está conforme con el estado del auto, con la limpieza y la atención que le brindamos. El pasajero puede calificarnos, incluso; entonces, si prestáramos un mal servicio nos perjudicaríamos. Acá no hay competencia desleal”.
“Nosotros vamos a seguir trabajando normalmente. Lo único que queremos es que nos dejen hacerlo tranquilos porque no estamos haciendo nada malo. Queremos trabajar para llevar el sustento a nuestras casas”, intervino Sierra. Y sobre la denuncia de que algunos taxistas también trabajan con la aplicación de manera encubierta apuntó que “los propios pasajeros lo cuentan y les sacan fotos. Tienen el reloj y la radio adentro del auto, pero se manejan con la aplicación”.